Ir al contenido principal

Esencia Humana


Es por una mezcla de colonialismo, narcisismo y ansiedad de la influencia que buscamos inteligencia en el espacio para “no estar solos en el universo” mientras negamos violentamente la de los millones de criaturas que nos rodean. Nuestro sentido de la vida depende de que seamos los protagonistas en la gran novela de la creación. Si somos actores secundarios con el resto de la plantilla, ya nada tiene sentido. El precio de quedarnos en la casa es nominar a todos los demás."Todos me parecen animales maravillosos" | MARINA CANO

El problema más grave al que se enfrentan los materialistas -donde destacan Richard Dawkins, Steven Pinker, Christopher Hitchens y Daniel Dennett- es que la primera consecuencia lógica de sus presupuestos es la Singularidad. "Una vez la tecnología nos permita re-ingeniar la mente humana –escribe Yoval Noah Harari en su último bestseller Homo Deus– el Homo Sapiens desaparecerá, la historia humana habrá terminado y será el un proceso completamente distinto que escapa a nuestra comprensión”. En otras palabras: si no somos protagonistas de la creación, nos perderemos en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Estaríamos nominados para salir de la casa. Naturalmente, esta narrativa goza de poca popularidad fuera de la comunidad científica.

Por otra parte, el gran problema de los metafísicos se llama Charles Darwin, y llevan intentando resolverlo desde 1859. Si el hombre viene del mono, y entre el mono y la nada están todas las especies hasta llegar a la medusa, entonces la diferencia entre nuestra inteligencia y la suya es una cuestión de grado, no de clase. Si todos los seres vivos somos los frutos del árbol de la vida, nuestra inteligencia no es fundamentalmente distinta de la de todos los demás.

Comentarios